Castañas

 
Las castañas se pueden comer crudas, hervidas, asadas o dulces. Una forma sencilla de asarlas es realizar un pequeño corte en cada castaña y calentarlas en un contenedor metálico a 400 ºC durante 10 o 15 minutos, sazonándolas en crudo con sal gruesa. El propósito del corte es evitar que estallen durante el proceso de asado.

Otro uso importante es la harina de castañas, con ella se puede preparar pan (pan de castañas), pasteles y pasta. En Córcega, por ejemplo, es la base de la polenta (o a polenda) -que no hay que confundir con la polenta en su sentido italiano, que es una sémola de maíz-, una gacha de harina de castaña con agua, que fue, entre otros, el desayuno tradicional desde tiempos inmemoriales, y que aún hoy es usada acompañada de queso fresco de cabra, de figatellu (una salchicha de hígado de cerdo) o de costillas de cerdo.

Las recetas gastronómicas de castañas están saliendo a relucir últimamente con la recuperación de recetas tradicionales, especialmente en Italia.

Para conservar las castañas estas tienen que estar completamente secas antes de retirar la cápsula espinosa que las contiene, y dejarlas en una caja o barril cubiertas de arena fina.

La castaña constituyó un importante aporte calórico para el ser humano, y también para los animales domésticos ya que se utilizó su alimentación, debido a que son ricas en grasas, proteínas, minerales y en vitamina C. (Copiado de Wikipedia)

PROCEDIMIENTO:
  1. Antes de hacer nada hay que revisar cada castaña para desechar las que tienen un agujerito en la cáscara, esas cuando las abres deben de tener un gusanito y dañada parte de la pulpa de la castaña.
  2. Luego lavas todas las elegidas que deben de ser las sanas.
  3. Para preparar estas castañas hay que hacerle un corte a cada una, ¿para qué? para evitar que revienten en el cocinado, luego las colocamos en una cacerola con suficiente agua para hervirlas, las cocinamos unos 20 minutos, pasado el tiempo se dejan reposar dentro del agua y luego, manos a la obra, a pelar cada castaña, separando las que estén perfectas de las que estén dañadas; a pesar de haber separado en un principio las castañas siempre podemos encontrar otras que no están en perfecto estado.
  4. Hay que quitar la cáscara externa gruesa y luego la piel más fina quedando al descubierto la pulpa de la castaña limpia.
  5. Al limpiarlas separamos unas cuantas para hacer, por ej., una salsa para una carne, otras las colocamos en una bolsa para congelarlas y otras sin pelar para asarlas con sal para degustar como aperitivo. 




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